Sunday, February 10, 2008

Promesa al Perú

Hoy tengo muchas ganas de llorar. Me cuesta entender como una sensación que yo misma me provoco puede llegar a estremecerme tanto que no puedo evitar que las lagrimas caigan de mis ojos, y bajen sin parar por mi rostro, mojándolo en penas, mostrándole el dolor que siento por dentro. Basta un solo recuerdo, un único sentimiento, una jugada de mi imaginación.

Me voy, Lima querida, y te abandono. A ti y a todos tus encantos, hogar de infinitas bondades poco percibidas por la mayoría, cuna de mi vida, alma y ser. La nostalgia que siento al pensar que ya no veré más tus días, tus calles sucias, tus noches sin luna, tu cielo gris, me estremece por dentro. Es irónico. Te critico mucho a ti y a los errores de tu gente, pero hoy me doy cuenta que son esas imperfecciones las que construyen tan peculiar encanto. Porque eres única, porque eres diferente. Porque fuiste algún día ciudad de reyes y fue tal vez tu error presumir de demasiada belleza. Porque hoy eres ciudad de pobres, y sin embargo te quiero, y algo me dice que hasta más de lo que te hubiera querido en tus épocas gloriosas.

Yo crecí en un Perú llamado Lima. Yo crecí en una Lima mejor conocida como Monterrico. Noblezas sin título, reyes sin coronas. Privilegios que muy pocos tuvieron, me tocaron a mí. Siempre me he preguntado por qué. Usualmente, la respuesta que volvía a mi mente era sencillamente suerte. Ahora que pienso más las cosas, sin embargo, no creo posible que algo tan grande en mi vida se deba únicamente al azar.

Creo que nací en la madrugada de un 20 de Marzo del año 1986, en la clínica americana, hija de Liliana Checa Yabar y Marino Costa Bauer, por más de una razón.
Me siento afortunada y desgraciada, víctima y culpable, pero por sobre todas las cosas, me siento infinitamente responsable. Responsable de velar por ti y por tu gente, Perú. De devolverte de alguna forma las grandezas que me ofreces. Porque tus imponentes océanos me han permitido contemplar gloriosos atardeceres, porque tus maravillosas montañas me mostraron el misticismo de la naturaleza, porque gracias a tu exuberante selva conocí la magia de la vida en sus más diversas manifestaciones. Porque en tus hijos encontré a mi familia, porque has dado fruto a personas hermosas que hoy me prestan su amistad. Te debo quién fui, quién soy y quién seré. Soy parte de ti lindo Perú, y me siento orgullosa de decirlo.

Hoy te empiezo a pagar, hoy empiezo a luchar por ti. Hoy me comprometo a dedicar mi vida a velar por tu bien, a luchar por enriquecer a tu gente, por cultivar las almas que yacen en ti. Trabajaré para cuidarte, pelearé por defender a tu pueblo. Pero más importante aún, trataré de enseñarles que te deben querer, de educarles para que descubran quién eres.

Así pues, sueño con el día en que todo peruano conozca realmente quién eres, Perú, y maravillados por tu grandeza, no puedan evitar quererte y ayudarte a crecer. Darte la mano cuando sufras, y recordarte siempre, que no importa que tan difícil parezca, si nos unimos en un propósito común podremos cada día, dar un paso seguro más.

Porque distintos como somos, formamos una gran familia. Porque está en nuestras manos la posibilidad de verdad. Porque te quiero y siempre lo haré. Porque estoy enamorada de tus escasas estrellas. Por eso te agradezco maravilloso país, y te prometo, con la mano en el corazón, mi más pura fidelidad.

(Lima, 2004)

No comments: